Se trata de un recorrido de aproximadamente 2 kilómetros. Se accede al mismo por la carretera de Mendavia a Lodosa, cerca de la granja de Imaz, primero fortaleza entre Navarra y Castilla y después un monasterio, dependiente de Irache.

Al entrar al camino nos encontramos con el término denominado «Las cuatro bocas»: nos adentramos en él hasta llegar a un silencioso valle.

Las aguas saladas, con ayuda del tiempo, han formado una profunda hendidura, que se abre paso a través de un sinuoso cauce y avanza, lentamente hasta desembocar en el Ebro.

A medida que vamos caminando, se van sucediendo restos, que permiten reconstruir diferentes etapas de la historia. Cada uno de los diez puntos de interés se encuentran señalizados con carteles informativos:

• Monumento megalítico.
• Horno del siglo XVII-XVIII.
• Charca de agua salada.
• Lluvia fósil.
• Cauce del barranco.
• Presa del siglo XIII.
• Charca.
• Empedrado.
• Sima formada en yesales.
• Cabaña redonda refugio de pastores del siglo XVIII.

En el recorrido de este sendero podremos encontrarnos romeros, tomillos, ulagas, carrascos, enebros, gamones, aneas, tamarices, esparto, conejos, liebres, perdices y de vez en cuando la fugaz silueta de un zorro que huye velozmente.

Para todas aquellas personas interesadas en realizar este recorrido se recomienda hacerlo en primavera. Existen además trípticos explicativos en las Oficinas Municipales.