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Paisaje

La zona más cercana al Ebro constituye un área definida por la existencia de depósitos del cuaternario, permeables, constituidos de gravas, arenas y limos.

En el interior afloran materiales terciarios: arcillas intercaladas con areniscas, calizas y margas yesíferas plegadas en relieves ondulados, a veces con cambios bruscos en la pendiente y, en otras ocasiones, recortados por los ríos originando cortados.

A excepción del río Ebro que caracteriza y personaliza el territorio, y del río Mayor-Linares que divide el núcleo de población y alimenta posteriormente al Ebro, no existen accidentes geográficos importantes en el término municipal.

La red hidrográfica se completa con una serie de barrancos que por el margen izquierdo van desembocando en el río Mayor (Barranco de las Vacas y Barranco de la Castora) y en el río Ebro (Barrancos de Barichichi, Carcarriego y Saldado). Algún otro barranco de menor entidad desaparece al alimentar la terraza media del Ebro.

El territorio desciende unos 300 metros desde la zona norte, concentrándose el desnivel en la parte de norte del núcleo de población, con suaves pendientes y pequeños barrancos que llegan a formar torrenteras y pequeños cauces fluviales durante la temporada de lluvias.

Vista del río con la vegetación de sus orillas                           Panorámica de campos cultivados